Los cineastas venezolanos denuncian al Ministro del Poder Popular para la Cultura.
Los cineastas venezolanos - miembros de la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos y de la Cámara Venezolana de Productores de Largometrajes - queremos denunciar la actitud irresponsable, ilegal y antidemocrática del Ministro del Poder Popular para la Cultura, Arq. Francisco Sesto, cuando afirmó el pasado miércoles 30 de mayo, que su despacho había roto las relaciones institucionales con la ANAC y CAVEPROL y que había girado instrucciones al Sr. Juan Carlos Lossada, presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, para excluirnos de todas las instancias de esa institución creada por nosotros.
La actitud del Ministro Sesto obedece a la posición crítica que los cineastas venezolanos mantenemos ante el otorgamiento “a dedo” de la cuantiosa suma de 17.6 millones de dólares, es decir, 38 mil millones de bolívares, al actor norteamericano Danny Glover para financiar el 60% de la producción de un largometraje sobre el líder haitiano Toussaint-Louverture. El problema no es Danny Glover. El problema reside en la actitud y el procedimiento del Ministro Sesto, que avala la erogación de esta suma y pretende ejercer su poder en contra de todo aquel que difiera de su proceder. El CNAC estableció recientemente que el costo promedio de una película es 1 millón de dólares, lo cual significa 18 largometrajes venezolanos, y una media de 100 puestos directos y 1000 puestos indirectos de trabajo por película para los técnicos venezolanos.
La Anac y Caveprol, gremios que agrupan a más de 380 cineastas y que incorporan permanentemente nuevos miembros, sin exclusión alguna, hemos escrito la historia del cine nacional a través de la creación de la Dirección de Cine del Ministerio de Fomento, de Foncine y del CNAC. No podemos seguir silenciando que no estamos de acuerdo con fórmulas que atentan contra los mecanismos democráticos y transparentes que han regido, desde hace más de 26 años, las instituciones cinematográficas, y apoyar el financiamiento a proyectos que no hayan sido aprobados de forma justa e independiente por comisiones de evaluación, integradas por representantes de todos los sectores de la vida cinematográfica del país, tanto del área pública como de la privada. Lo contrario, lamentablemente, es hoy una realidad en las operaciones de la Villa del Cine, ente paralelo al CNAC, que financia proyectos “a dedo”.
El propio Estado ha venido impulsando políticas para incentivar a más jóvenes a producir y les instamos a ampliar esas políticas. ¿Pero cómo se le enseña a estos jóvenes a tener valores de respeto a las instituciones, si se alimentan modelos discrecionales sin concursos justos y equitativos?
No somos una elite obstruccionista que busca enriquecerse. Durante años hemos sostenido actividades de difusión gratuita de nuestras películas en las comunidades y estamos dispuestos a seguir haciéndolo. Por otra parte, nuestro objetivo central al luchar por una Ley de Cine e impulsar la creación del CNAC, ha sido crear las instancias que permitieran abrir las puertas todos en el cine nacional.
La actitud del Ministro Sesto de excluir a los gremios del cine del CNAC es no sólo ilegal — pues viola la actual Ley de Cinematografía, aprobada por unanimidad a finales de 2005 en la Asamblea Nacional— sino que es profundamente antidemocrática. Los cineastas declaramos que el Ministro no puede excluir a nuestros gremios de las instituciones cinematográficas, ni jurídica, ni moral, ni políticamente. Sacarnos del CNAC es como sacarnos de la casa que construimos con nuestras manos y pagamos con nuestro esfuerzo laboral.
En esta hora incierta para nuestro cine, los gremios denunciamos públicamente al Ministro Sesto y le exigimos que rectifique su decisión.
Los cineastas venezolanos
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