Juan Carlos Lossada: "El boleto único va seguro este año"
"Venezuela es uno de los pocos países en donde se estrenan las coproducciones minoritarias (...) Nuestra aspiración es construir un cine que se parezca a la gente. El Óscar llegará después", señala el presidente del CNAC.
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No se angustia por la falta de premios internacionales (Oswer Díaz)
DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
lunes 11 de febrero de 2013 09:11 AM
El cine venezolano inició el año con algunas noticias futuras: el estreno de 30 largometrajes, la exhibición de coproducciones con países del continente, la implementación del sistema del boleto único en las salas. Juan Carlos Lossada, presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), explicó que el institución que dirige trabaja en la consolidación del sector en Venezuela. La internacionalización de las películas locales, por ahora, quedará para después.
-El CNAC habla de 30 largometrajes venezolanos para 2013. ¿El cine nacional está preparado para duplicar su cifra de estrenos en un año? ¿Hay espacio, público, calidad para todos?
-Ya el año empezó con buen pie: 300 mil personas fueron a ver cine venezolano en enero. Es un buen número si uno piensa que esa cifra se mantendrá en cada uno de los meses. Pudiéramos llegar a casi tres millones de espectadores. Hay una programación variada: ficción y documental, comedias, dramas, policiales, filmes de reconstrucción histórica. En el conjunto, al final, creo que vamos a recoger frutos interesantes para el cine nacional.
-Hay películas que llevan años represadas: Cuidado con lo que sueñasretrasó varias veces su estreno, igual Bambi C4 o Los pájaros se van con la muerte... ¿Cuáles son los motivos por el que las cintas tardan tanto en llegar a las salas nacionales?
-La inmensa mayoría de las películas están en su tiempo de producción y exhibición. Más de 80% de la producción que se exhibirá este año se ha hecho en tiempos normales. Hay algunas excepciones, pero eso no pasa sólo en Venezuela, es normal que en el cine se produzcan retrasos en procesos de producción y de lanzamiento. Si hay algo que ha caracterizado al cine nacional en los últimos años es que hay una mejora en los tiempos, salvo en unos casos, para exhibirse.
-En mayo de 2011 iniciaba consulta para el Reglamento de Ley de Cine. ¿Cuál es el estatus del proyecto hoy?
-Hicimos una consulta pública nacional: el proyecto de reglamento fue consensuado, hicimos algunas modificaciones al texto inicial que propusimos. Pero ocurrió que en los últimos años vivimos un proceso acelerado de la digitalización de la fase de distribución y exhibición de cine en el mundo. Y ese proceso coincidió con la discusión del reglamento, por lo que decidimos detener la aprobación de ese texto para pasar a abrir un proceso de revisión del proyecto e incorporar una normativa que sea capaz de interpretar estos desafíos técnicos y tecnológicos que pasan a modificar el modelo de negocio de la distribución del cine.
-El boleto único fue motivo de polémica en 2011 siendo sólo una propuesta. ¿Eso todavía continúa en pie? ¿Qué aclaratorias habría que hacer para evitar el miedo ante la palabra "único"?
-Salvo alguna reseña, no hubo polémica en la comunidad cinematográfica venezolana. Vamos a avanzar en materia de la adopción de un sistema informático que permita la supervisión de la emisión de boletos, tal como ocurre desde hace décadas en países como Francia, España, Argentina y otros. Eso va a permitir añadirle más transparencia a los ciudadanos de que se trata de datas confiables. Eso va seguro este año. Ya se han hecho avances en el diseño de ese programa. Probablemente al inicio de la segunda parte de 2013 ya esté implementado el sistema.
-¿Y ese sistema estaría en todas las salas del país?
-Habría obligación de que todas las salas establecieran un enlace con ese sistema informático de tal manera de que cada vez que se emitan ventas de boletos en cualquier parte del país irán a un sistema integrado que va sumando y distribuyendo información para generar data. Ningún exhibidor dijo que este paso constituya un asunto molesto para ellos.
-También se anunció la constitución de los Fondos Regionales de Cine. ¿Cuáles fueron las razones para poner a Carlos Azpúrua al frente del proyecto?
-Carlos Azpúrua , además de ser uno de los directores venezolanos más importantes, se desempeñó como diputado en el Congreso de la República hace varios años, fue presidente de la Comisión de Cultura cuando se aprobó la primera ley de cine que tuvo Venezuela. En ese momento, en la ley no se pudieron incluir los dispositivos para garantizar la generación de fondos propios para el estímulo del cine nacional. Faltaba el concurso de instituciones regionales que pudieran contribuir con el desarrollo de su región para poner en valor historias, tradiciones, costumbres o ficciones de las zonas. Escogimos a Azpúrua, que tiene la experiencia del trabajo para generar consensos alrededor de legislaciones que favorezcan a la cultura venezolana.
-¿Y qué criterios privarán para dar recursos a los proyectos beneficiados por ese nuevo departamento?
-Vamos a proponer que se adapten a los mecanismos que viene aplicando el CNAC. Que prevean la puesta en práctica de comisiones de estudios de los proyectos, que puedan mejorarlos, que participe activamente gente de las regiones, para que puedan entender las historias propuestas desde esas mismas localidades.
-Hay otro tema: el de las coproducciones. ¿Tiene sentido otorgar recursos a extranjeros para realizar películas que no tienen la difusión adecuada en el país?
-Nosotros no entregamos recursos a los extranjeros. Los recursos son entregados a productoras venezolanas, que se asocian con proyectos latinoamericanos para hacer películas que gozan de la nacionalidad de países involucrados.
-¿Se puede catalogar como venezolana una película que apenas tiene recursos financieros o técnicos, que no tiene talento artístico?
-Sí. Hay varios tipos de coproducciones: las que tienen un aporte técnico, las de aporte artístico y las llamadas coproducciones financieras. Venezuela, aunque ha venido haciendo las tres coproducciones en los últimos años, tiene en su mayoría coproducciones con aportes técnicos.
-¿Y es normal que esas coproducciones tarden tres años en estrenarse aquí?
-Sí. Al contrario, Venezuela es uno de los pocos países en donde las coproducciones minoritarias se estrenan. Aquí hacemos los esfuerzos para que esas cintas estén disponibles para el público venezolano.
-El cine venezolano apenas se ve el exterior. Más allá de exhibiciones en festivales, no hay estrenos comerciales afuera. ¿Qué hace falta para dar ese paso de internacionalización que ya tienen otros sectores cinematográficos de Latinoamérica?
-Esa es la gran aspiración que tienen todos los países. Nosotros hacemos las cosas como creemos que hay que hacerlas: primero vamos atender a la casa, tratamos de conquistar nuestro público sin renunciar a comunicarnos con el público en Colombia o en México. En este momento concentramos nuestros mayores esfuerzos en que el proceso de comercialización tenga, sobre todo, un escenario en Venezuela. Sin negar que en un plazo mediano diseñemos una estrategia que nos permita entrar en otros mercados del continente. Esa es la asignatura pendiente. Para eso son las coproducciones.
-Chile obtuvo su primera nominación al Óscar, Paraguay va este año al Goya. ¿Y Venezuela qué? ¿Por qué no se asignan recursos suficientes para apostar por una campaña de promoción en temporada de premios?
-Yo no estoy seguro de que eso sea sólo un tema de lobby. Ocurrirá cuando pueda ocurrir. Lo más importante es que nuestra aspiración es construir un cine que se parezca a la gente, no desesperarnos con el hecho de que no venga el Óscar. Son cosas donde hay distintos elementos, a veces políticos, estratégicos o comerciales. Mientras llega, porque llegará, eso no nos quita el sueño.
dfermin@eluniversal.com
-El CNAC habla de 30 largometrajes venezolanos para 2013. ¿El cine nacional está preparado para duplicar su cifra de estrenos en un año? ¿Hay espacio, público, calidad para todos?
-Ya el año empezó con buen pie: 300 mil personas fueron a ver cine venezolano en enero. Es un buen número si uno piensa que esa cifra se mantendrá en cada uno de los meses. Pudiéramos llegar a casi tres millones de espectadores. Hay una programación variada: ficción y documental, comedias, dramas, policiales, filmes de reconstrucción histórica. En el conjunto, al final, creo que vamos a recoger frutos interesantes para el cine nacional.
-Hay películas que llevan años represadas: Cuidado con lo que sueñasretrasó varias veces su estreno, igual Bambi C4 o Los pájaros se van con la muerte... ¿Cuáles son los motivos por el que las cintas tardan tanto en llegar a las salas nacionales?
-La inmensa mayoría de las películas están en su tiempo de producción y exhibición. Más de 80% de la producción que se exhibirá este año se ha hecho en tiempos normales. Hay algunas excepciones, pero eso no pasa sólo en Venezuela, es normal que en el cine se produzcan retrasos en procesos de producción y de lanzamiento. Si hay algo que ha caracterizado al cine nacional en los últimos años es que hay una mejora en los tiempos, salvo en unos casos, para exhibirse.
-En mayo de 2011 iniciaba consulta para el Reglamento de Ley de Cine. ¿Cuál es el estatus del proyecto hoy?
-Hicimos una consulta pública nacional: el proyecto de reglamento fue consensuado, hicimos algunas modificaciones al texto inicial que propusimos. Pero ocurrió que en los últimos años vivimos un proceso acelerado de la digitalización de la fase de distribución y exhibición de cine en el mundo. Y ese proceso coincidió con la discusión del reglamento, por lo que decidimos detener la aprobación de ese texto para pasar a abrir un proceso de revisión del proyecto e incorporar una normativa que sea capaz de interpretar estos desafíos técnicos y tecnológicos que pasan a modificar el modelo de negocio de la distribución del cine.
-El boleto único fue motivo de polémica en 2011 siendo sólo una propuesta. ¿Eso todavía continúa en pie? ¿Qué aclaratorias habría que hacer para evitar el miedo ante la palabra "único"?
-Salvo alguna reseña, no hubo polémica en la comunidad cinematográfica venezolana. Vamos a avanzar en materia de la adopción de un sistema informático que permita la supervisión de la emisión de boletos, tal como ocurre desde hace décadas en países como Francia, España, Argentina y otros. Eso va a permitir añadirle más transparencia a los ciudadanos de que se trata de datas confiables. Eso va seguro este año. Ya se han hecho avances en el diseño de ese programa. Probablemente al inicio de la segunda parte de 2013 ya esté implementado el sistema.
-¿Y ese sistema estaría en todas las salas del país?
-Habría obligación de que todas las salas establecieran un enlace con ese sistema informático de tal manera de que cada vez que se emitan ventas de boletos en cualquier parte del país irán a un sistema integrado que va sumando y distribuyendo información para generar data. Ningún exhibidor dijo que este paso constituya un asunto molesto para ellos.
-También se anunció la constitución de los Fondos Regionales de Cine. ¿Cuáles fueron las razones para poner a Carlos Azpúrua al frente del proyecto?
-Carlos Azpúrua , además de ser uno de los directores venezolanos más importantes, se desempeñó como diputado en el Congreso de la República hace varios años, fue presidente de la Comisión de Cultura cuando se aprobó la primera ley de cine que tuvo Venezuela. En ese momento, en la ley no se pudieron incluir los dispositivos para garantizar la generación de fondos propios para el estímulo del cine nacional. Faltaba el concurso de instituciones regionales que pudieran contribuir con el desarrollo de su región para poner en valor historias, tradiciones, costumbres o ficciones de las zonas. Escogimos a Azpúrua, que tiene la experiencia del trabajo para generar consensos alrededor de legislaciones que favorezcan a la cultura venezolana.
-¿Y qué criterios privarán para dar recursos a los proyectos beneficiados por ese nuevo departamento?
-Vamos a proponer que se adapten a los mecanismos que viene aplicando el CNAC. Que prevean la puesta en práctica de comisiones de estudios de los proyectos, que puedan mejorarlos, que participe activamente gente de las regiones, para que puedan entender las historias propuestas desde esas mismas localidades.
-Hay otro tema: el de las coproducciones. ¿Tiene sentido otorgar recursos a extranjeros para realizar películas que no tienen la difusión adecuada en el país?
-Nosotros no entregamos recursos a los extranjeros. Los recursos son entregados a productoras venezolanas, que se asocian con proyectos latinoamericanos para hacer películas que gozan de la nacionalidad de países involucrados.
-¿Se puede catalogar como venezolana una película que apenas tiene recursos financieros o técnicos, que no tiene talento artístico?
-Sí. Hay varios tipos de coproducciones: las que tienen un aporte técnico, las de aporte artístico y las llamadas coproducciones financieras. Venezuela, aunque ha venido haciendo las tres coproducciones en los últimos años, tiene en su mayoría coproducciones con aportes técnicos.
-¿Y es normal que esas coproducciones tarden tres años en estrenarse aquí?
-Sí. Al contrario, Venezuela es uno de los pocos países en donde las coproducciones minoritarias se estrenan. Aquí hacemos los esfuerzos para que esas cintas estén disponibles para el público venezolano.
-El cine venezolano apenas se ve el exterior. Más allá de exhibiciones en festivales, no hay estrenos comerciales afuera. ¿Qué hace falta para dar ese paso de internacionalización que ya tienen otros sectores cinematográficos de Latinoamérica?
-Esa es la gran aspiración que tienen todos los países. Nosotros hacemos las cosas como creemos que hay que hacerlas: primero vamos atender a la casa, tratamos de conquistar nuestro público sin renunciar a comunicarnos con el público en Colombia o en México. En este momento concentramos nuestros mayores esfuerzos en que el proceso de comercialización tenga, sobre todo, un escenario en Venezuela. Sin negar que en un plazo mediano diseñemos una estrategia que nos permita entrar en otros mercados del continente. Esa es la asignatura pendiente. Para eso son las coproducciones.
-Chile obtuvo su primera nominación al Óscar, Paraguay va este año al Goya. ¿Y Venezuela qué? ¿Por qué no se asignan recursos suficientes para apostar por una campaña de promoción en temporada de premios?
-Yo no estoy seguro de que eso sea sólo un tema de lobby. Ocurrirá cuando pueda ocurrir. Lo más importante es que nuestra aspiración es construir un cine que se parezca a la gente, no desesperarnos con el hecho de que no venga el Óscar. Son cosas donde hay distintos elementos, a veces políticos, estratégicos o comerciales. Mientras llega, porque llegará, eso no nos quita el sueño.
dfermin@eluniversal.com
